Fue un día de desconcierto, rabia, llanto, reflexión, risas,
torta, papas fritas y gente muy cercana. El “Día D” llegó y creo que salí
airosa. Cumplí 25 años.
Pues sí. Fue un día de sentimientos contradictorios. Pero
creo que llegué a una conclusión, a una última reflexión como consejo para mi
vida:
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