El derecho a reír espontáneamente

Conoces a un chico. Ya sea por una asignación de la universidad, el trabajo, una salida con un grupo de amigos, un curso, un seminario, o cualquier situación. Tú estás de buen humor. Tranquila. No piensas en romances ni en aventuras amorosas. Simplemente estás tratando de llevar tu día con alegría. Y en ese afán, entablas una conversación con ese chico. Una conversación sencilla. De cualquier tema: música, el partido de fútbol de anoche, sobre otra persona en el grupo a la que están tomando el pelo (en buena onda, claro), las lluvias que arrasaron con la ciudad, etc. Y como te encuentras de buen humor, te ríes y bromeas un poco. Estás tranquila y sonriente. Eres tú misma, sin poses ni preocupaciones.

De regreso en tu hogar, sentada frente a la computadora, encuentras que ese chico te agregó al facebook y tú aceptas su invitación de amistad. Y sigues con tu vida como siempre.

Mientras sigues frente a la computadora, aparece en la ventanita del chat de facebook un saludo: es el chico que conociste. Y tú, gentil y amable como te educó tu mamá, contestas el saludo. Del saludo, él pasa a hacerte conversación. Si estás muy ocupada no le das mucha importancia, sino, pues sigues la conversación amena de cuando lo conociste. Hasta que tienes que irte y dices “Chau”.

La siguiente vez que abres tu facebook, encuentras 50 notificaciones. Al revisarlas una por una encuentras que ese chico que acababas de conocer había dado “Like” al 90% de tus fotos y había comentado el 89% de ellas. “¡Qué chico tan raro!”, piensas, y sigues con tus cosas. En eso, aparece una ventanita de chat “Hola linda (o cualquier adjetivo cariñoso)”… es él, ese chico.

En ese momento te quedas súper confundida y asustada. “¿Qué está pasando? ¿Por qué me dice linda? ¿Qué fue?” Contestas con un “Hola” y al que le sigue un “Ahorita estoy ocupada, cuidate”. A lo que recibes como respuesta “Ok, linda. Que te vaya bien, preciosa. Un beso”.

Si el evento se repite un par de veces más y el chico ya no te habla más por el chat, significa que él entendió que no estabas interesada, o que encontró a otra chica para stalkear. Caso contrario deberás eliminarlo y bloquearlo del facebook; si le diste tu número de teléfono, tu novio, papá, hermano, primo o mejor amigo (aunque sea gay) deberá contestar a sus llamadas amenazándolo con atropellarlo, golpearlo, acribillarlo o similares si no deja de acosarte.

Y tú te preguntas, ¿qué le pasó a este chico para que me acose así sin motivos? Y en ese momento recuerdas: cuando lo conociste, te reíste. No de él, sino en medio de la conversación. Y vuelves a pensar, ¿pero qué de malo tiene reírme?

Lo que pasa es que para ciertos chicos, que una chica sea ría en la conversación que están teniendo, significa que se “está mandando”. Ok, es cierto que algunas chicas se disfuerzan frente a alguien atractivo, pero la diferencia entre una risa natural y espontánea es enorme frente a una risita “ji ji ji, ay pero quéeee creativo, gracioso, ingenioso, inteligente y genio eres”. Pero no, hay algunos chicos que no lo diferencian.

Lo siento chicas, pero parece que para algunos desubicados no tenemos derecho a reír espontáneamente.