Estoy muy lejos de ser perfecta. Mi estatura apenas llega al
metro sesenta. Mi columna vertebral decidió tener la forma de “S”. Y mi cabeza
gusta de confundir el camino derecho con la palabra “izquierda” y viceversa.
Tengo la apariencia de una chica menor, no tengo una figura
de imposición. Soy romántica y soñadora, y nunca le puedo ganar a las lágrimas
frente a las escenas tristes de los libros y de las películas.